miércoles, 26 de diciembre de 2012

la música # 1


Luego del quinto tema ya veía nublado, no distinguía si estaba oyendo un tango o una chacarera, si aquello era un violín... o si en realidad era un piano. Estiró sus piernas sobre la alfombra y acto seguido intentó pararse, no pareció ser tan complicado hasta que su cuerpo erguido advirtió que a su alrededor todo giraba: el cuadro, los adornos, las dos ventanas, las hojas desparramadas sobre la mesa no se privaban tampoco de danzar al ritmo de esa música que ya no podía clasificar. Un día de los anteriores, había estado nublado, hubiese salido a caminar o andar en su bicicleta, pero atónito se desplomó sobre la cama a que las melodías lo atravesaran. Algunas notas entraban punzantes en su pecho y vibraban un rato hasta confundirse con el latido de su corazón, que si... aún latía. Otras lo bordeaban, causaban cosquillas en sus orejas, se enredaban en su cabello, amagaban con aturdir los pocos pensamientos cuerdos que albergaban su mente. El mundo de ensueño se confundía con la vigilia y sus ojos se cerraban con el compás de algún tema perdido.

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