jueves, 24 de diciembre de 2009

786




No se cuando sucedió, pero al abrir los ojos ya me encontraba sumergido en un mar de hielos y fuegos. Ella bailaba frente a mi, cada movimiento dedicado únicamente a mi alma. El aire denso escondía un sin fin de obviedades y misterios que ambos sabíamos, o estábamos por descubrir. Me tomo la mano, dijo que apretara los dientes. Me condujo a su pequeño mundo, aunque enorme. Enorme porque la dimensión inconmensurable de sus sentimientos, pequeño porque solo entrabamos los dos. Ella no entendía realmente, o tal vez si, el poder que tenia sobre mi ritmo cardíaco, sobre mis brazos y mis piernas, sobre mi alma, mi existir. Daba vueltas, me mareaba.
Algún día volveremos, será pronto. Me besó en la frente, y al volver al mundo real, ya nada era como antes de partir.


viernes, 18 de diciembre de 2009

555

La presión cerebral... el agua, todo se confabula. Junto con las nubes y el pequeño pajaro que se posa en mi ventana, mienten. Todos pretenden empujar mi reloj, acelerarlo, molestarme. Cada segundo que pasa es impulsado por la cortina a lunares que volando desde mi habitación se rie de mi, cada vez más fuerte. La escucho reír y llora cuando me río, odia escucharme reir porque sabe que soy más fuerte que ella, que podria tomar los filos del comedor y transformar esos lunares en formas semicirculares. Te odio cortina a lunares que vuela con gracia en mi habitación! aunque no existas, aunque no te tenga. Te odio!

lunes, 30 de noviembre de 2009

Pregunta:

¿Por qué de una buena vez no llega el ejercito americano de pantuflas unidas y nos mata a todos? A VER, alguien dígame ¿POR QUÉ?

jueves, 29 de octubre de 2009

524

A veces, solo a veces, tengo un momento de cordura. Recorro el mundo entre nubes amarillas. Lloro un poco, vuelvo a la normalidad. Retomando, la normalidad no es para mi algo tan normal, la normalidad se relaciona directamente con la volatilidad de las cosas, aparición-desaparición, amor-amor, porque no hay odio, no con vos. Mi normalidad es lo que otros llamarían fantasía, sueño. Mis sueños, la normalidad ajena, mis sueños son... nada. Mis antiguos sueños son... realidad. Cada pequeño globo se manifiesta ahora, tan sólidamente como el hierro sobre los rieles de mi locura (que no es locura en lo más mínimo. La locura es otra cosa, es estar loco, es morir de frio). Cada día es solo un capitulo, cada hora... una escena. Los personajes podrían ser mucho mejores, aunque solo los extras... esos que pasan caminando sin ser registrados por el ojo protagonista, esos de los que nadie sabe el nombre. A veces las estrellas aburren, pero los universos no. Vos, un universo. El resto, estrellas. Algunos... vagos cometas.
Los universos pueden ser, en realidad, pequeños. Cuando son pequeños uno cree que esta soñando. Cuando son enormes y llenos de luces uno siente, que es su normalidad. Vivir no tiene significado, y se relaciona completamente con la palabra "sentir" y con la palabra "cambiar" pero estas dos últimas solo se rozan. Vivir no debe ser cambiar de sentimientos. Vivir puede ser sentir y cambiar en el camino. Vivir es sentir y cambiar en el camino. Pero esto no es autoayuda, ni literatura, ni divagues. O si, son divagues, de una persona que tiene una normalidad, un universo. Y que ama cosas, eso es lo importante. Ama cosas. Ama. Am. A. a.

lunes, 12 de octubre de 2009

Visita

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".
O.Girondo

domingo, 30 de agosto de 2009

232

Definitivamente no era mi día, ni mi noche. Las serpientes habian aparecido otra vez. Se escurrian entre mis pálidas piernas, debajo de las sabanas. Yo solo podia ver el relieve movedizo, sentir el cosquilleo. Hasta que una se tomó el atrevimiento de subir hasta mi cuello, abrazarlo, asfixiarme, hacerme desaparecer.